El consumo de ibuprofeno en el contexto deportivo
11:02:00
Actualmente la mayoría de la población general tiene en su propia casa una farmacia provocando un abuso de los fármacos y automedicación. Uno de los fármacos más abundante en los domicilios es el iburpofeno un antiinflamatorio no esteroideo, utilizado frecuentemente como antipirético y para el alivio sintomático del dolor. Además más de 8 millones de españoles consumen dosis diarias superiores a la recomendades, en gran medida, debido a que es mucho más habitual consumir pastillas de 600mg, cuando lo más indicado es optar por las de 400mg siempre acompañado con la comida y así evitar: problemas de estómago, úlceras y hemorragias digestivas, daños hepáticos,...
Efectos e interacciones del ibuprofeno en el deporte:
El ibuprofeno al igual que el resto de fármacos antiinflamatorio no esteroideo (AINE) como el ácido acetilsalicílico (aspirina), en ocasiones provocan efectos adversos.
Respecto a las reacciones adversas, en el deporte y especialmente en deporte de muy larga duración, es habitual que se den problemas gastrointestinales. Esta reacción adversa también se debe a la ingesta de hidratos de carbono mediante geles y a los grandes volúmenes de bebida isotónica. Su ingesta puede ocasionar úlceras estomacales, que junto con la actividad física, pueden repercutir negativamente en un estado de deficiencia de hierro o anemia ferropénica que es relativamente frecuente en deportistas de larga duración y de impacto así como de carrera y en el colectivo femenino.
El consumo de AINEs es comúnmente empleado por los deportistas para disminuir la inflamación y suprimir el dolor tras las lesiones de los tejidos blandos. Sin embargo sus efectos adversos están subestimados. En general, la reducción de la inflamación supone una disminución de la respuesta de los fagocitos que eliminan las células dañadas. Por tanto, su empleo debería limitarse a las etapas tempranas de la lesión y no continuar en las etapas posteriores. Es decir, su utilización está justificada en caso de tenosinovitis pero no en tendinopatías y fracturas. Además en el caso de las tendinopatías parecen ser debidas a un incremento de los leucotrienos, y en el caso de las fracturas podría empeorar la cicatrización.
Por otro lado, los atletas deshidratados presentan la perfusión renal disminuida, lo que requiere del efecto de las prostaglandinas. En este caso podría comprometer aún más el flujo sanguíneo renal por inhibición de la vasodilatación inducida por prostaglandinas. No obstante, entre todos los AINEs, la aspirina podría ser el que presenta menor propensión a dañar la función renal. Así mismo, los AINEs inhiben las PGs responsables de la inhibición de la hormona antidiurética (ADH) y la reabsorción de cloruro, provocando la retención de sodio y agua, que en principio podría resultar de interés para evitar la deshidratación inducida por el deporte o las condiciones climatológicas en que se realizan…
Una revisión reciente indica que el uso de analgésicos antes de participar en deportes de resistencia puede causar problemas potencialmente graves y efectos adversos, que se ven incrementados al emplear dosis mayores de fármaco. Por otro lado, di Luigi et al, observaron que la administración de 800 mg de aspirina 3 veces al día durante 3 días, así como el día en el que se realizaron los test de ejercicio físico aumenta los niveles sanguíneos de endorfinas, cortisol y hormona del crecimiento antes del ejercicio físico y disminuye los niveles de cortisol post-ejercicio. No obstante, estos autores no se atreven a concluir si este descubrimiento podría influir positiva o negativamente en el estado de salud, rendimiento y recuperación.
Tras una lesión de los tejidos blandos, el uso a corto plazo, de bajas dosis de AINEs en general no parece tener un efecto perjudicial aunque generalmente no están indicados casos de tendinopatía crónica aislada o fractura. No obstante donde ha demostrado ser útil es en el alpinismo. Así, se emplea en el tratamiento de la cefalea causada por el al agudo de montaña. Así mismo, en caso de padecer congelaciones, se recomienda su utilización para mejorar la circulación y mitigar el dolor, junto con una heparina de bajo peso molecular.
Respecto a las reacciones adversas, en el deporte y especialmente en deporte de muy larga duración, es habitual que se den problemas gastrointestinales. Esta reacción adversa también se debe a la ingesta de hidratos de carbono mediante geles y a los grandes volúmenes de bebida isotónica. Su ingesta puede ocasionar úlceras estomacales, que junto con la actividad física, pueden repercutir negativamente en un estado de deficiencia de hierro o anemia ferropénica que es relativamente frecuente en deportistas de larga duración y de impacto así como de carrera y en el colectivo femenino.
El consumo de AINEs es comúnmente empleado por los deportistas para disminuir la inflamación y suprimir el dolor tras las lesiones de los tejidos blandos. Sin embargo sus efectos adversos están subestimados. En general, la reducción de la inflamación supone una disminución de la respuesta de los fagocitos que eliminan las células dañadas. Por tanto, su empleo debería limitarse a las etapas tempranas de la lesión y no continuar en las etapas posteriores. Es decir, su utilización está justificada en caso de tenosinovitis pero no en tendinopatías y fracturas. Además en el caso de las tendinopatías parecen ser debidas a un incremento de los leucotrienos, y en el caso de las fracturas podría empeorar la cicatrización.
Por otro lado, los atletas deshidratados presentan la perfusión renal disminuida, lo que requiere del efecto de las prostaglandinas. En este caso podría comprometer aún más el flujo sanguíneo renal por inhibición de la vasodilatación inducida por prostaglandinas. No obstante, entre todos los AINEs, la aspirina podría ser el que presenta menor propensión a dañar la función renal. Así mismo, los AINEs inhiben las PGs responsables de la inhibición de la hormona antidiurética (ADH) y la reabsorción de cloruro, provocando la retención de sodio y agua, que en principio podría resultar de interés para evitar la deshidratación inducida por el deporte o las condiciones climatológicas en que se realizan…
Una revisión reciente indica que el uso de analgésicos antes de participar en deportes de resistencia puede causar problemas potencialmente graves y efectos adversos, que se ven incrementados al emplear dosis mayores de fármaco. Por otro lado, di Luigi et al, observaron que la administración de 800 mg de aspirina 3 veces al día durante 3 días, así como el día en el que se realizaron los test de ejercicio físico aumenta los niveles sanguíneos de endorfinas, cortisol y hormona del crecimiento antes del ejercicio físico y disminuye los niveles de cortisol post-ejercicio. No obstante, estos autores no se atreven a concluir si este descubrimiento podría influir positiva o negativamente en el estado de salud, rendimiento y recuperación.
Tras una lesión de los tejidos blandos, el uso a corto plazo, de bajas dosis de AINEs en general no parece tener un efecto perjudicial aunque generalmente no están indicados casos de tendinopatía crónica aislada o fractura. No obstante donde ha demostrado ser útil es en el alpinismo. Así, se emplea en el tratamiento de la cefalea causada por el al agudo de montaña. Así mismo, en caso de padecer congelaciones, se recomienda su utilización para mejorar la circulación y mitigar el dolor, junto con una heparina de bajo peso molecular.
Interacciones de los fármacos antiinflamatorio no esteroideo aplicables en el contexto deportivo
Conocer las posibles interacciones que un fármaco es importante para prevenir efectos no deseados e incluso en ocasiones para inducir efectos deseados.
Interacciones del consumo de AINEs en relación a las potenciales aplicaciones en el deporte:
– Antiácidos (hidróxido de aluminio, carbonato cálcico, bicarbonato sódico, citrato sódico…) empleados en deportes de gran tolerancia láctica como carreras de 400-800 m lisos: disminuyen el pH de la orina, lo que aumenta la excreción de salicilatos y por tanto da lugar a menor concentración de salicilatos en el organismo. No obstante carece de importancia en el caso de emplearse de manera intermitente.
– Antidepresivos triciclicos terciarios (amitriptilina, doxepina, impipramina…) e inhibidores de la recaptación de serotonina (paroxetina, fluoxetina…): incrementan el riesgo de hemorragia gastrointestinal ya que deterioran aún más la actividad plaquetaria. Estos fármacos son empleados en gran variedad de deportes, especialmente en los de resistencia.
– Vitamina C o ácido ascórbico, empleado como antioxidante: la aspirina a dosis superiores a 500 mg disminuye los niveles séricos de la vitamina C que podría ser por una disminución de su absorción o por un incremento en su depleción. No obstante, a nivel general la importancia de esta interacción parece ser mínima.
– Corticosteroides (cortisona, dexametasona, hidrocortisona…), a pesar de que su uso en el deporte federado no está permitido, las lesiones pueden requerir su administración: los salicilatos pueden incrementar los efectos adversos y tóxicos de los corticoides. No obstante el mecanismo por el que se produce la interacción es aún desconocido.
– Hierbas con efecto anticoagulante (Ginkgo Biloba, Ginseng, Té verde…) son empleados con diversos fines (diuréticos, estimulantes del sistema nervioso central…): incrementan el efecto anticoagulante de los salicilatos por algún mecanismo aún no descrito. Esta asociación puede tener lugar por ejemplo en alpinistas, en el caso del Ginkgo Biloba, que es empleado para reducir los síntomas del mal agudo de montaña.
– Glucosamina, puede ser empleada para la protección de las articulaciones y puede incrementar el riesgo de sangrado por aumentar el efecto sobre la agregación plaquetaria.
– Diuréticos de asa (furosemida, torsemida…) que pueden ser empleados como enmascarantes de otras sustancias (no permitido) o para una rápida pérdida de peso en aquellos deportes en el que este es importante (lucha, judo…deportes de combate que se compite por peso): disminuye durante 3 horas la excreción renal de aspirina un 30%, que parece ser debido a la competencia entre ambos por los transportadores en el túbulo renal.
– Vitamina E, empleada principalmente como antioxidante: puede incrementar el efecto como antiagregante plaquetario de la aspirina.
– Otros AINEs (ibuprofeno, naproxeno…): pueden incrementarse los efectos adversos y a su vez los salicilatos pueden disminuir los niveles séricos de los AINEs.
– Ácidos grasos omega 3, empleados como moduladores del estrés oxidativo e inflamación: incrementan el efecto de la aspirina como antiagregante plaquetario.
Conclusiones
Teniendo en cuenta que durante la practica deportiva se produce una gran destrucción muscular y procesos inflamatorios el ibuprofeno puede ayudar por su efecto analgésico y antiinflatamtorio. Además teniendo en cuenta que también se producen cambios fisiológicos provocando el aumenta del hematocrito (especialmente por encima del 50%). Puede favorecer la hemodilución y evitar posibles trombos en situaciones peculiares, como por ejemplo el uso de aspirinas.
Pero, a pesar de los beneficios que conlleva el consumo de ibuprofeno o asprina, en principio no debería emplearse su consumo, salvo por prescripción médica, antes, durante ni después de realizar ejercicio físico ya que la mayoría de estudios no han encontrado mejora del rendimiento y puede resultar perjudicial por ejemplo al provocar alteraciones gastrointestinales.
De forma resumida el consumo abusivo de AINEs puede ocasionar: úlceras y pérdidas de sangre (déficit de hierro o anemia ferropénica) y afecciones padecidas habitualmente por deportistas, especialmente de resistencia.
Por lo tanto, recordar que su empleo no está exento de reacciones adversas y que puede interaccionar con diversos ayudas ergonutricionales y farmacológicas como las que se produce con los anticoagulantes.
Finalmente, sólo añadir que utilicéis el sentido común y la responsabilidad. Por eso, en la siguiente ocasión que te plantees la toma de ibuprofeno o aspirina te plantees ¿es realmente necesario un chute químico?
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